Hola desconocido
A partir de hoy voy a lanzarme a compartirte, contarte y recomendarte datos de todo tipo.
Soy un poco de todo: periodista de base, escritora - desde que tengo noción - y tanatóloga (acompaño duelos y procesos de fin de vida) porque cuando se murió mi única hermana, Luciana, pensé que me volvía loca.
Gracias a que me ingresé al universo de la tanatología pude surfear el peor momento de mi existencia con bastante dignidad. Me apasiona investigar, los temas de salud y hacer justicia. Soy madre de cuatro hijos (el más grande no lo parí pero ayudé mucho en su crianza), hago teatro, amo viajar y comer.
En un acto de entrega y de confianza hacia vos, te voy a contar una experiencia muy fuerte que me tocó a travesar justamente cuando Luciana partió. Todavía intento resignificar todo lo ocurrido. Hay días mejores que otros, no soy un ser elevado que nada lo roza. Como cualquier mortal, tejo diálogos mentales con personas que me causaron daño y las mando al infierno. A veces hago realidad mis fantasías.
DATO DESCOLGADO: en Junio se lanza una edición actualizada de mi segundo libro), tengo tres, Las Blaquier (Editorial Sudamericana). Se trata de una bio no autorizada de la familia Blaquier. ¿Qué temón vas a encontrar?: el siniestro negocio de la trata de personas, entre otros.
Sobrevivir a las ausencias
Si me conocés poco, seguramente pienses que me llevo el mundo por delante. Puedo ser una aplanadora pero también padezco y mucho. Tengo muy buenos amigos, sin embargo en los últimos años fue demasiada la gente que me decepcionó. Con la muerte de mi hermana, se terminaron un sinfín de situaciones cotidianas y de afectos entrañables que me partieron el corazón.
Sin dar nombres te hago un punteo de algunas situaciones (tengo peores y me las reservo) que me hicieron cambiar mi forma de entender a las personas. Estoy segura que te pasaron cosas parecidas porque todos perdemos (y también ganamos):
Más allá de mi hermana y de mi papá que se fueron en cinco años, también desapareció la mitad de mi familia. Somos pocos y se nota mucho. Deberíamos constelar todos porque realmente mi árbol genealógico es un manicomio. Las tragedias y los momentos más felices de la vida son factores muy nocivos para algunos integrantes del clan al que pertenezco.
Si sos madre seguramente me vas a enteder: Una persona que me conoce desde que nací se ofendió mal porque pretendía pasar la Navidad en mi casa con un amigo estando yo recién parida. Literal, mi hija nació un 21 de diciembre. Le dije que no y me retiró la palabra hasta que lo encaré yo y vomité tanta bronca y tristeza que nunca más nos volvimos a ver.
No compres todo lo que ves en Instagram. Los “influencers” no son tan buenos como los ves. Una persona a la que yo consideraba amiga y que tiene una imagen muy positiva se comportó de manera tremendamente mezquina cuando se negó a recomendar en su cuenta mi libro El Negocio de la Salud. ¿Cómo terminamos? Esta persona se indignó porque yo me ofendí por su actitud. Tiene una gran labia - siempre se la ponderé – y me largó un rollo tremendo por el que yo debería pedirle perdón. ¿Cómo se llamaba este comportamiento en psicología?
La vida te quita y también te da. Cuando pensé que ya no quería tener nuevos amigos, conocí compañeras de teatro increíbles con las que comparto happy hours, secretos, llantos, risas y pavadas de todos los días.
Aviso: Todo llega a su fin. Es mi mantra, así sufro menos.
¿Sabés duelar lo que ya no va más, se murió, se terminó? Es un proceso natural y necesario. Por eso te recomiendo esta película que podés ver con tus hijos (si los tenés):
Films
Un monstruo viene a verme
Angustiado por la enfermedad de su madre, un niño comienza a entender la complejidad del alma humana gracias a las fantásticas historias de un monstruo arbóreo.
-La podés ver en Prime.
Más allá de mi mujer
Un escritor de diario que intenta asimilar la muerte de su esposa adopta una personalidad arisca para alejar a cualquier persona que quiera ayudarlo.
-La podés ver en Netflix
Libro
La rueda de la vida (Elizabeth Kübler-Ross)
Puede considerarse el testamento espiritual de Elisabeth Kübler-Ross (1926-2004). Es un libro tan singular como lo fue la vida de la autora, una existencia dedicada al alivio del sufrimiento de los enfermos y de todos los que sufren la pérdida de un ser querido.
Hasta acá llego.
Te escribo
en breve.